En más de una ocasión he escrito, en este mismo espacio, que los planes europeos Leader, Proder y compañía han fracasado estrepitosamente en uno de sus objetivos básicos, cual es mantener población en el medio rural. Y sin embargo, todo sigue igual y las administraciones responsables continúan erre que erre con los mismos proyectos e ideas de siempre: ni una sola propuesta de cambio en algún aspecto para intentar revertir la situación.
Algunos amigos y conocidos, que además tienen el enorme mérito se seguir lo que escribo, incluso implicados en estos proyectos directamente, me dicen que tengo mucha razón pero nadie me alcanza a explicar los motivos por los que no se cambian los conceptos y todo sigue igual en este tipo de programas financiados por Europa.
Yo les digo que no he perdido la fe en que algo cambie, como la Asociación de Vecinos de Vellosillo, en Segovia, que ha impulsado el fondo Vellosillo Dreams para un proyecto de recuperación de este pueblo.
"Cambiar las cosas desde arriba, en la Administración, lo veo imposible", aseguran estos segovianos. Aunque tampoco lo ven difícil, piensan como muchos de estos amigos y conocidos interlocutores, y como uno mismo: "Y sería muy sencillo. Solo cambiando la fiscalidad generas mucho atractivo", según el reportaje que he podido leer en El Confidencial.
En la misma línea se expresa Silvia García, coimpulsora del fondo Vellosillo Dreams ideado para la recuperación del caserío segoviano, quien opina, que "lo que se hace ahora no funciona en ningún sitio" por lo que no ve motivos para que un pueblo no intente hacer cosas distintas. Yo tampoco.
Vellosillo, según El Confidencial, es "un pueblo perdido en mitad de Castilla", donde se intenta un plan audaz, quizá el último posible, a través de un fondo inspirado en el capital riesgo con el objetivo de pasar de los únicos tres vecinos actuales a 150, no más. Y eso que esta aldea no tiene ni alcantarillado, ni depósito de agua, ni canalizaciones....Es decir, a años luz de nuestros pueblos.
Ha sido la Asociación de Vecinos la que se ha puesto las pilas, conscientes de que están al borde de la desaparición. Es verdad que es una comunidad comprometida, aunque residan la práctica totalidad de sus 170 integrantes en Madrid. Y ese compromiso les ha llevado a este último intento, después de estar el último verano 50 días sin agua.
Si esta Asociación cree posible recuperar un pueblo así, no deberíamos tirar la toalla. Ya tienen el apoyo del Ayuntamiento de Sepúlveda, del que dependen, para invertir 90.000 euros en infraestructuras básicas en 2019; esperan ahora la respuesta de la Diputación Provincial que les permita cubrir, mediante un adelanto de impuestos, que ni siquiera a base de subvenciones, parte del capital de 200.000 euros que han calculado de inicio para el fondo. Comparado con lo que gastan o invierten, si les parece mejor, los programas europeos, algo ridículo, en verdad...
"El único peligro -admiten- es que el sentido de la comunidad se quiebre, que la gente tire la toalla. En este proyecto tendremos éxitos y nos equivocaremos, pero debemos quitarnos eso tan español del miedo al fracaso porque es absurdo. ¿Qué puede pasar? ¿Que salga mal y tengamos que cerrar el pueblo? Es lo que íbamos a tener que hacer igualmente si no hacíamos nada".
¿Qué más les puedo contar al respecto? Nada.
Ánimo y adelante.