Con la acción, de nuevo, de la piqueta, la capital alcarreña suma una nuevo solar a la muy nutrida lista de edificios caídos por la incuria o por los intereses especulativos.
Basta un simple paseo por las calles más céntricas de la ciudad para comprobar cómo las vallas delimitan lo que antes fueran espacios ocupados por inmuebles, sin que parezca que el paso de los años sea bastante razón como para edificar en esa superficie a pesar de que existan unos plazos marcados por la legislación, que rara vez se cumplen.
En el caso del edificio de la Plaza de San Esteban, el punto de inflexión se dio el 20 de enero de 2010, cuando un juez de Guadalajara, tras un recurso planteado por IU, ordenaba la suspensión cautelar del acuerdo adoptado por la Junta de Gobierno Local, que dejaba en manos de los propietarios la decisión de proceder a la rehabilitación o demolición del Palacio de los Vizcondes de Palazuelos. Sin embargo, esa decisión inicial no se mantendría y los tribunales terminarían por dar la razón a los propietarios. |