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Con todo el papel vendido, David Bisbal y Chenoa ejercieron de estrellas en el concierto más esperado de las Ferias de Guadalajara. Los miles de niños que acudieron y buena parte de sus acompañantes disfrutaron del espectáculo; los más críticos también tuvieron satisfacción, al comprobar en vivo las limitaciones canoras de Bisbal
La organización fue tan perfecta que no parecía un concierto de masas, a pesar de haberse concentrado en el "Pedro Escartín" casi 20.000 personas. Quien quiso ocupar las primeras filas y dar rienda al espíritu devoto de los "fans" pudo hacerlo, tras montar guardia durante horas o días. Los que suspiraban por poder acostar pronto a sus retoños tampoco salieron mal librados, pues los primeros acordes sonaron a las diez y media de la noche, con una puntualidad insólita en este tipo de citas.