El acuerdo obliga a la comunidad terapéutica a comunicar todos los meses al Servicio de Drogodependencias de la Dirección General de Planificación y Atención Sociosanitaria y al equipo de la Unidad de Conductas Adictivas la evaluación de los pacientes, así como las altas, bajas y no ingresos. Por su parte la Consejería de Sanidad podrá en cualquier momento inspeccionar en el centro el tratamiento que presta y las condiciones de residencia de los pacientes enviados por este departamento.
Los 97 drogodependientes atendidos durante el 2005 en el centro se sumaron a los 2.430 pacientes de los últimos diez años que hacen de Castilla-La Mancha la región que más pacientes drogodependientes deriva a estos lugares de tratamiento en régimen de internado.