Cuando Ernesto marcó, el Polideportivo de Aguas Vivas enloqueció. La gente saltó. Se abrazó. Gritó. A tal punto llegó el delirio que el potente sonido de la transmisión de la televisión se borró de un plumazo. Guadalajara vivió su 'zona morada' particular, en pantalla gigante y con unas cientos de personas que esperaban el momento del delirio. Llegó al final, cuando el Mirandés-Deportivo Guadalajara parecía abocado al empate. El gol de Ernesto se oyó en todos los rincones de Guadalajara, pero fue aquí donde un mayor número de personas lo celebró en una comunión mayoritaria. Un subidón en pantalla gigante.
Pero no sólo en el Multiusos se ha vivido el partido.Las calles de Guadalajara se han vestido de morado para acompañar al equipo de la ciudad en el sentimiento y las ganas de ascender a segunda división.Poco antes de la celebración del encuentro los más rezagados se apresuraban, ataviados con camisetas y bufandas del Deportivo Guadalajara a atravesar la ciudad para disfrutar con amigos y familiares del partido del año para la ciudad.
Al filo de las nueve de la noche se ha producido el momento en que el sentir de la afición morada se ha mostrado en la calle. Los gritos a coro de gol han resonado desde las ventanas de muchos edificios.
Tras la celebración del partido de fútbol las calles de Guadalajara han comenzado a llenarse de jóvenes y mayores que entre cánticos, banderas y pitidos de claxon peregrinaban hacia el emblemático lugar de la ciudad en que se festejan los grandes acontecimientos, la fuente de Bejanque. ¡Guadalajara es de segunda! han coreado los alcarreños hacia la popular fuente donde festejar el acontecimiento histórico.