Jueves, 5 de agosto de 2021    
Mañana, segunda entrega de la entrevista
El entrenador del Deportivo Guadalajara habla en LA CRÓNICA sobre el decisivo partido del domingo
Terrazas ha llevado al Deportivo Guadalajara a sus más altas cotas y con una calidad de juego innegable.
Actualizado 8 junio 2011
 Memorable Deportivo
 Habrá pantalla gigante en el Multiusos para seguir en directo el partido del Deportivo en Sevilla
Pese a que es un hombre parco en palabras, no elude la responsabilidad que tiene de hacer historia con el Dépor. Serio y de gesto circunspecto, Carlos Terrazas (Bilbao, 1964) es consciente de lo que se trae entre manos. En esta entrevista concedida a LA CRÓNICA DE GUADALAJARA, de la que hoy les ofrecemos la primera entrega, el entrenador vasco desvela sus sensaciones de cara al trascendental choque del domingo en Sevilla. Terrazas en estado puro en diez preguntas. Mañana, la segunda entrega.

- Reconoció a su llegada que venía para lograr el ascenso y está a punto de salirse con la suya.
- El Guadalajara ha ido poco a poco a más. Es algo que los que estamos dentro hemos ido percibiendo día a día y desde hace tiempo los síntomas de clara mejoría eran evidentes. Hemos hecho una segunda vuelta con 44 puntos que, extrapolados a una liga entera, serían ochenta y ocho, unos guarismos que están al alcance de muy pocos. Los resultados nos han dado confianza y hemos sido conscientes en todo momento que estábamos en el camino correcto. Merced a esa certidumbre, al final hemos logrado la recompensa de la promoción.

- Con ese maridaje que hay entre el equipo y la afición, ¿le asusta el clima de euforia que se ha instalado en la ciudad o es un acicate?
- Sin duda es un aliciente, aunque también una carga de responsabilidad añadida. Soy de los que prefieren ver a la afición contenta y eufórica que triste y cariacontecida. Que disfruten, que estén alegres y satisfechos no puede ser malo. Otra cosa diferente es los que toca a los que formamos parte del club. Somos conscientes de las dificultades que entraña la eliminatoria y tenemos que ir a Sevilla con la intención de ser fieles a nuestro estilo, en la misma línea de juego que hemos mantenido hasta ahora.

- Supongo que no se le escapa que va a encontrarse una olla a presión. ¿Baraja alguna alternativa si la eliminatoria se complica a las primeras de cambio?
- A mi lo único que me preocupa del partido del domingo, y es mucho, es el juego del Sevilla Atlético. Creo que es un magnífico equipo con un plantel de futbolistas de mucha calidad y muy bien trabajado en el aspecto colectivo. En lo extradeportivo no reparo lo más mínimo. Lo cierto es que enfrente vamos a tener un rival que ha demostrado que es capaz de desarrollar un fútbol de alta escuela.

- Sorprende que con sus 400 partidos a cuestas en 2ª División B y con lo comedido que suele ser en sus manifestaciones, haya dicho que hacía tiempo que no había visto jugar tan bien a un equipo como el Deportivo en la segunda parte del otro día.
- Y lo reitero. El Guadalajara hizo un fútbol en ese periodo que se ve pocas veces en esta categoría. Sobre todo teniendo en cuenta la calidad del rival, algo que hay que valorar en su justa medida. El filial sevillista terminó segundo en su grupo y se vio desarbolado por nuestro juego. La dificultad que entraña el adversario da más mérito si cabe a esa circunstancia.

- ¿Qué pasó en el vestuario para que el equipo morado saliese con una actitud tan distinta en la reanudación?
- Nada que no sea lo habitual en estos casos y de lo que solemos hablar en cualquier otro partido. Admito que los jugadores salieron al campo a por todas tras el descanso y que demostraron con sus ganas, calidad, juego y capacidad todo lo que llevan dentro. Pero a veces no es suficiente con querer, hace falta también poder.

- Muy pocos se dieron cuenta del percance que sufrió durante el partido.
- Arrastro una lesión crónica en el brazo izquierdo desde mi etapa en el Burgos hace ya siete años como consecuencia de un accidente de tráfico. Simplemente hice un gesto reflejo y me resentí. Ya no estoy para esos trotes. Pero no es nada de lo que haya que preocuparse.

- ¿Qué le espera al Dépor en Sevilla?
- Tampoco hay que darle muchas vueltas. Estoy convencido de que todo dependerá de lo que hagamos nosotros. Debemos ser los que llevemos la iniciativa, mandar en el partido y plantearlo como si fuera una más de liga. No podemos ir a especular sino a intentar ganar, lo mismo que hemos hecho en otros muchos campos. Llevamos seis meses sin perder un partido fuera de casa y sabemos de nuestro potencial y lo que podemos dar de sí. Entiendo que el contrario intentará hacer lo propio. El otro día nos salimos con la nuestra y logramos ese objetivo, sobre todo en la segunda parte. Es lo que tenemos que tratar de repetir en Sevilla.

- Es indudable que en la ida logró quitarle la pelota al Sevilla Atlético, que es muy difícil.
- Lo que sucedió el pasado domingo fue que en el primer tiempo nos costó reponernos tras el tanto del empate. Salíamos muy mentalizados, sabedores de la importancia que tenía no encajar un gol en casa y eso lo acusamos en demasía. Tuvimos unos minutos en los que dudamos sobre lo que había que hacer. Tras el paréntesis superamos ese mazazo y volvimos a ser nosotros mismos.

- ¿Le ha llamado mucha gente para felicitarle por la temporada que está haciendo?
- Me ilusiona que chicos jóvenes a los que dirigí hace tiempo me envíen mensajes al móvil o jugadores de otros equipos donde entrené. Pero lo que sin duda más me reconforta es el ambiente que se está viviendo en Guadalajara. Vas por la calle y percibes que el fútbol está a flor de piel. He de reconocer que es algo que me aporta un plus de responsabilidad y, qué duda cabe, me preocupa un poco no decepcionar a tanta gente a la que ves tan ilusionada.

- ¿El domingo la experiencia será un grado?
- En el fútbol tiene que haber veteranía e ilusión. La experiencia a tiempo es importante, pero también la juventud, que es la que da ese plus de afán. En ese sentido, nosotros somos un equipo muy equilibrado que atesora la suficiente madurez para saber lo que nos traemos entre manos. Pero también tenemos anhelos. Y no solo los jóvenes, también los veteranos, que han depositado muchas esperanzas en lograr el objetivo del ascenso. Tienen fe en el futuro, en conseguir cosas. Ese equilibrio es muy necesario en un deporte como el nuestro.