Este website utiliza cookies propias y de terceros. Alguna de estas cookies sirven para realizar analíticas de visitas, otras para gestionar la publicidad y otras son necesarias para el correcto funcionamiento del sitio. Si continúa navegando o pulsa en aceptar, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información, o bien conocer cómo cambiar la configuración, en nuestra Política de cookies?
La Crónica de Guadalajara
La Crónica de Guadalajara
El Tiempo Guadalajara Búsqueda por palabras Búsqueda por etiquetas Suscripción   
La Crónica de Guadalajara
La Crónica de Guadalajara
La Crónica de Guadalajara
Martes, 22 de junio de 2021
DRIEBES. Visitas guiadas a las excavaciones de la antigua Caraca.


Quienes deseen acudir a las excavaciones arqueológicas en el Cerro de la Virgen de la Muela, de Driebes, pueden aprovechar la jornadas de puertas abiertas que se realizará en el yacimiento el 6 de agosto, lunes, con visitas guiadas a las once de la mañana y las siete de la tarde.

Según han confirmado sus responsables, en breve comenzará la segunda campaña de excavaciones, gracias a la subvención concedida por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, con la cofinanciación del Ayuntamiento de Driebes, el Ayuntamiento de Brea de Tajo y la Asociación de Amigos del Museo de Guadalajara. Las excavaciones se desarrollarán entre el 23 de julio y el 10 de agosto de 2018.
           
Retomando la estela de las primeras prospecciones efectuadas en el yacimiento en el año 2016 y después de ratificar la presencia de un foro, elemento urbanístico que confiere al enclave el grado de ciudad promocionada jurídicamente, se plantean ahora la necesidad de ahondar en el conocimiento del espacio al noroeste del cerro.

El objetivo principal es conocer el desarrollo urbanístico del yacimiento en una zona cercana al foro, sus fases cronológicas, estado de conservación y elementos diferenciadores. Del mismo modo, es el principal interés de esta intervención realizar un pormenorizado análisis estratigráfico que permita documentar la fase previa del asentamiento carpetano y la transición hasta la implantación romana.

Se tendrá especial atención a la clasificación de las zonas residenciales, así como posibles evidencias de conducciones de abastecimiento hídrico o cloacas.

Se pretende excavar en una área cercana al foro, pero con una distancia suficiente para demostrar el grado de desarrollo urbano de la ciudad, estado de conservación y posibles reminiscencias de poblamientos prerromanos de gran interés para conocer el proceso de implantación de la cultura itálica en el interior de la Meseta.

¿Un terremoto en Caraca?
Con el fin de analizar el propio territorio dependiente del asentamiento, los especialistas del IGME llevarán a cabo estudios geológicos que puedan aportar información valiosa en relación a la explotación del entorno circundante.

Tanto en el valle del Tajo como en la zona elevada del valle del Tajuña se han encontrado evidencias paleosísmicas durante el Pleistoceno-Holoceno, por lo que no sería descartable que Caraca se hubiese visto afectada también por esta actividad sísmica.

De este modo se realizará un estudio arqueosismológico, geológico y geomorfológico del yacimiento y su entorno, con objeto de discriminar si estos condicionantes pudieron influir en algún momento en el desarrollo de la ciudad, y también de la evolución geomorfológica del Tajo que ayuda a entender el desarrollo de los asentamientos humanos en esta zona.

La posible existencia de inscripciones latinas, tan importantes para profundizar en la sociedad romana, será supervisada por el Centro CIL II de la Universidad de Alcalá, una inestimable ayuda para obtener la máxima información disponible a partir de la epigrafía.

En definitiva, se propone una campaña de excavación con el objetivo de evaluar el yacimiento, sus características y encuadre histórico.

Por otra parte, la realización de las mencionadas excavaciones permite aproximarse a la fecha en la que la ciudad fue promocionada jurídicamente, una verificación que implicaría la mejora de la comprensión del período histórico de la romanización en la provincia de Guadalajara.
 
Un yacimiento de largo recorrido
Los arqueólogos eran conocedores de las posibilidades que aportaba la investigación en el lugar puesto que en 1945 durante la construcción del canal de Estremera, fue localizado a los pies de este cerro un tesorillo de plata, con un peso total de 13,8 Kg. distribuidos en 1480 fragmentos que incluía: tortas de pesos, recipientes, lingotes, sortijas, torques, fíbulas, y monedas. El tesoro está datado a finales del siglo III a.C. y se expone actualmente en el Museo Arqueológico Nacional. En este lugar se habían realizado prospecciones en la década de los años 80 del pasado siglo por parte de los profesores Jorge Sánchez-Lafuente y Juan Manuel Abascal, que ya indicaron que se trataba de un importante yacimiento romano y que posiblemente fuera la antigua Caraca.

En otoño del año 2016 un equipo de arqueólogos dirigido por Emilio Gamo Pazos y Javier Fernández Ortea desarrolló una prospección arqueológica intensiva y geotécnica del cerro de la Virgen de la Muela, ubicado en la localidad de Driebes en la comarca de la Alcarria Baja. Para este propósito se configuró un equipo multidisciplinar formado por los doctores Jerónimo Sánchez Velasco, David Álvarez Jiménez y Saúl Martín González y los profesionales del CAI de Arqueometría y Análisis Arqueológico en colaboración con el Departamento de Física de la Tierra, Astronomía y Astrofísica I (Sección departamental de Astronomía y Geodesia), de la Facultad de Matemáticas de la UCM. Las prospecciones fueron financiadas por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, así como por el Ayuntamiento de Driebes y la Asociación de amigos del Museo de Guadalajara, destacando la amabilidad de los dueños del terreno que permitieron el desarrollo de esta investigación.

La metodología de trabajo comenzó con la consulta de bibliografía, cartografía y fotografía histórica, así como un rastreo de la toponimia. Los trabajos de campo, se desarrollaron en dos fases. En la primera, el equipo de arqueólogos posicionados a intervalos regulares recogió materiales arqueológicos en la superficie y los georreferenciaron (fundamentalmente cerámica, pero también fragmentos de estuco con restos de pinturas murales). En la segunda fase se utilizó un georradar 3D con antena multicanal con una frecuencia de 600 MHz, para llegar a una profundidad de entre 0 m y 1/1,5 metros en una superficie de 1 hectárea. También se realizó un vuelo de dron con el fin de realizar la topografía del terreno. Las dos fases fueron complementarias, pues una daba sentido a la información aportada por la otra. Se esperaba un buen resultado, aunque lo obtenido con estas técnicas no invasivas superó las expectativas tal y como se advierte en las publicaciones científicas que han redactado y se encuentran en prensa.
Los resultados no pudieron ser más esclarecedores pues se pudo confirmar en el plano la presencia de una ciudad romana con su urbanismo propio. A través del georradar se observa con claridad una ciudad romana, con sus espacios públicos, incluido un foro porticado, su Cardo y Decumano, es decir, sus avenidas principales, posiblemente un macellum o mercado y unas termas además de una tupida malla de manzanas de viviendas que, además, parecen solaparse en diversas fases cronológicas de un yacimiento. Por otro lado es posible que la ermita de la Virgen de la Muela, patrona de Driebes, erigida en el siglo XVI y que aún pervive en estado ruinoso, se superponga a un antiguo templo en el centro del yacimiento. Los arqueólogos señalan que el nombre de la ciudad fue Caraca, que aparece citada en las fuentes clásicas.

Los materiales cerámicos recuperados por los arqueólogos, permiten saber cuánto tiempo permaneció ocupado el cerro. Los restos más antiguos son del Final de la Edad de Bronce, es decir de los comienzos del primer milenio antes de Cristo, posteriormente el yacimiento continuó ocupado y los carpetanos lo convirtieron en un poblado de grandes dimensiones que controlaba la fértil vega del Tajo. Tras la conquista romana el lugar continuó habitado y llegó a convertirse en una ciudad que alcanzaría, a la vista de los recientes descubrimientos, la categoría de Municipio que continuó habitado hasta el siglo II d.C.

Otro elemento que ratifica la existencia de un municipio romano es la presencia de un acueducto inédito que medía 3 km, del que los arqueólogos localizaron 112 metros de canalización de opus caementicium (el hormigón romano) conservada. El acueducto, tiene idénticas características al de Segobriga, y tuvo su cabecera en el manantial de Lucos, también situado en Driebes, un nombre que deriva de latín Lucus y que significa “bosque sagrado”. La construcción de este tipo de obras iba en consonancia con la monumentalización de las urbes con estatus municipal. Para cerrar el círculo, también fueron identificados sillares de grandes dimensiones con decoración almohadillada, pertenecientes sin lugar a dudas a edificios públicos y restos de la vía romana que uniría esta ciudad con Segobriga y Complutum, la llamada vía Complutum-Carthago Nova.
Así, este equipo de investigación ha constatado la existencia de un núcleo urbano: Caraca, una ciudad sobre cuya localización ha corrido mucha tinta desde los tiempos de los grandes eruditos del humanismo hasta nuestros días. Aunque algunos autores han considerado que este yacimiento antiguo se corresponde con otras poblaciones como Taracena o Carabaña, la situación geográfica de este cerro encaja perfectamente con la información ofrecida por Ptolomeo y, en especial, el itinerario tardorromano del Anónimo de Rávena que localizaba a Caraca entre las ciudades de Segóbriga (Saelices, Cuenca) y Complutum (Alcalá de Henares) en una calzada que conectaba esta última urbe con Carthago Nova (Cartagena), uno de los puertos más importantes de Hispania. Esta vía parece haberse fundamentado principalmente en la explotación y transporte de una de las principales exportaciones que el interior peninsular ofrecía al Imperio Romano, el espejuelo o lapis specularis, un mineral transparente emparentado con el yeso usado en las ventanas romanas que, finalmente entró en crisis con la difusión del vidrio en el siglo II d.C., lo cual está posiblemente en relación con el final de la ciudad. También fue importante en este núcleo urbano la explotación de la fértil vega del Tajo y el esparto, planta herbácea que tuvo múltiples usos en la Antigüedad.
 
EQUIPO ARQUEOLÓGICO CARACA-CERRO DE LA VIRGEN DE LA MUELA (DRIEBES, GUADALAJARA)

El proyecto de investigación denominado “Urbanismo y territorio: excavación arqueológica del sector noroeste de Caraca (Cerro de la Virgen de la Muela, Driebes, Guadalajara)”, cuenta con un equipo multidisciplinar de investigadores, siendo los directores del mismo los arqueólogos Javier Fernández y Emilio Gamo. Forman parte del equipo Saúl Martín, David Álvarez, Antonio Alvar y Helena Gimeno (Centro CIL II de Alcalá de Henares, Universidad de Alcalá), Alicia Castillo (Grupo de Investigación Gestión del Patrimonio Cultural, Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología), María Ángeles Perucha, José Francisco Mediato (IGME), y Jorge Félix Matesanz (CAI de Arqueometría y Análisis Arqueológico, Universidad Complutense de Madrid).

 

--------------------------------- X ---------------------------------



Controlado por:   /  Quienes Somos  /  Publicidad  /  Contactar  /  Privacidad  /  Cookies  /    RSS  /  Agrupación de Medios Digitales